
Keiko había sido capturado en aguas islandesas por la flota pesquera de Jon K. Gunarsson, a la edad de dos o tres años. Permaneció toda su vida en cautiverio, en acuarios de Canadá y México. Luego de su participación en "Free Willy", se inició una campaña para lograr su liberación. Sin embargo, al haber sido capturado a tan temprana edad era imposible reintegrarlo a su ambiente, ya que jamás había aprendido a alimentarse por sus propios medios, además de que el animal padecía enfermedades como papiloma en sus aletas pectorales y tenía la aleta dorsal atrofiada. Finalmente, en 1998 fue transportada en avión desde los Estados Unidos a Islandia para ser puesto en libertad. Pero la orca no pudo dejar de depender de los humanos para sobrevivir. Falleció a los 27 años de neumonía. Keiko siempre será recordado por convertirse en un símbolo de las inhumanas condiciones en que viven los animales en cautiverio, y de la lucha para mejorar su vida.